viernes, 16 de noviembre de 2012

La Hospedería del Balneario de Gigonza (I)


Artículo original publicado en la Revista El Alcaucil nº 34 (Marzo de 2002)

 Sabido es de todos que en el siglo XIX en la dehesa de Gigonza se estableció  un Balneario que adquirió fama a nivel nacional por las excelentes propiedades curativas de sus aguas minero-medicinales. El establecimiento de dicho Balneario llevaría a la construcción de una gran Hospedería  junto al Castillo para alojar a los bañistas que cada temporada acudían a beneficiarse de tan acreditadas aguas, además de otras instalaciones que hicieran más cómoda y placentera la estancia  de los bañistas.

 
         Gigonza, a lo largo de su historia, ha tenido muchísimos propietarios, aunque desde el siglo XVI hasta mediados del XIX permaneció como un vínculo o mayorazgo fundado por D. Gonzalo Pérez de Gallegos a favor de su hijo Juan y descendientes “con su fortaleza y dehesa y cuatro molinos de moler pan ,molientes y corrientes, huertas y fuentes y pilares y colmenas y prados y pastos, aguas manantes, estantes y corrientes”. La figura del mayorazgo permitía que los bienes quedasen sujetos a la propiedad patrimonial de la familia, que se heredasen de generación en generación sin que ningún sucesor los pudiesen dividir, vender o enajenar, garantizándose así la integridad de los mismos y su permanencia en la familia.
 
         La Dehesa de Gigonza en la época de fundación del vínculo contaba con unas 800 ½ aranzadas, a las que posteriormente se les agregaron 100 más. Hasta principios del XIX fue eminentemente una explotación agrícola-ganadera, con abundante leña, pastos y agua para la cría del ganado, pero sobre todo y fundamentalmente dedicada al cultivo de cereal, contando incluso con cuatro molinos harineros movidos por la fuerza motriz del agua de sus copiosos manantiales, de los cuales, a finales del siglo XIX, aun seguían funcionando dos. También durante el siglo XVI en Gigonza estuvieron en explotación unas salinas que abastecían de sal a la ciudad de Jerez, gracias a sus manantiales de agua salada.    
         A principios del siglo XIX la Dehesa de Gigonza es propiedad de los Marqueses del Castillo del Valle de Sidueña, herederos del vinculo fundado sobre ella por D. Gonzalo Pérez de Gallegos en 1538.  Aproximadamente, desde 1770, se venía explotando, aunque no de manera oficial, un manantial de aguas minero-medicinales situado a unos 500 metros al O. del Castillo. Con el paso de los años la afluencia de enfermos aumentaba cada temporada aunque no había instalaciones para alojar a los concurrentes, solo existía el castillo. Es así que D. Luis Ponce de León y Torres, titular del marquesado, en testamento  realizado en 1817 refiere:
 
“... con motivo de desear muchos el baño del nacimiento en la Dehesa de Gigonza, y no haber hospedería en que albergarse, he construido diferentes piezas en ella, en que me parece haber gastado de veinte y ocho a treinta mil r.v. ...” 
 
 
         Don Luis Ponce de León y Torres fallece el 22 de Agosto de 1834 y le sucede en el vínculo su hijo primogénito  D. Francisco Ponce de León y Fernández de Villavicencio que tomará posesión de él el 30 de Octubre de dicho año. Éste será el constructor de todo el caserío que se encuentra anexado al castillo y que aún hoy se conserva, aunque con muchas modificaciones.
         El nuevo propietario de Gigonza encontró que el caserío (el antiguo castillo y los partidos construidos por su padre) sufrían gran deterioro y que era insuficiente para albergar a las cada vez más numerosas familias que acudían a disfrutar del poder salutífero de sus aguas sulfurosas. Sin dejar de reparar el caserío, en 1838 comenzó a construir otro nuevo edificio junto a la primitiva fortaleza y así en 1849 las mejoras y construcciones hechas hasta la fecha eran, según aprecio del Maestro Mayor de Obras de la Academia de San Fernando, D. Francisco de Paula Soto:
 
Mejoras en el patio antiguo: Tres cuartos  a la izquierda en el patio antiguo, otros tres en el tránsito del patio nuevo, un pasadizo con un cuarto dividido en tres comunes, dos cocinas en el patio, una a cada lado de la escalera de la torre, la puerta, divisiones, solado y techo que sirve de piso al pajar en la sala que fue cuadra en la línea del frente al portal de entrada, un común nuevo en el corralito, una ventana con reja, puerta de madera y de cristales que toma luz del patio nuevo en una de las habitaciones del corral y los tabiques de división del salón de la torre Tiene de valor la mejora expresada 11.917 r.v. 
Caserío nuevo: Se compone el caserío nuevo de tres ángulos de corredores, patio corral, capilla, campanario, y campana, siete habitaciones, cada una con antesala, cocina con fogón, fregadero y alacena, sala con dos alcobas y guardarropa, hay además en dos de ellas un cuartito  en cada una a su entrada. Al dorso de la capilla se halla la sacristía. El valor de esta parte del edificio es de 96.205 r.v.
 
La cuadra nueva arrimada a la muralla en la línea del Este tiene de valor 9.734 r.v.
 
          En 1844 Francisco de Paula Mejías en su memoria sobre los balnearios de Paterna y Gigonza refiere que existían 18 apartamentos para hospedar a los bañistas que se clasificaban  en tres categorías por los que se pagaba 20, 11 o 6 reales de vellón según las instalaciones y comodidades que tuviesen. Por otro lado los pobres se alojaban en chozas que ellos mismos construían inmediatas al caserío.
         El Marqués del Castillo continuó ampliando el caserío y haciendo reformas en el antiguo, obras que también afectaron a otras instalaciones de la Dehesa como casas de baños minerales y dulces,  hospitales de hombres y mujeres, casa del ordinario, casa del cortijo, etc.
Pabellones de la Hospedería de Gigonza, construidos al Norte del Castillo
         En 1867, con el fin de proceder a la división de varios vínculos entre el Marqués y su sucesor, D. Juan Manuel Ponce de León y Gordón, el Maestro Mayor de Obras de la Academia de Nobles Artes de San Fernando, D. Agustín Garcia Ruiz, hizo aprecio de todo el caserío y obras realizada por el primero.  A continuación reproducimos la descripción del mismo: 
1º. Un grupo de 4 pabellones con su frente al sudeste, lindando por todos los lados con las mismas tierras de Gigonza señalado con el nº 1216 de gobierno que ocupan una superficie  de 5520 varas cuadradas equivalentes a 3942,49 metros cuadrados distribuidos del siguiente modo:    
 
           El pabellón primitivo nombrado Patio del Castillo, que es el primero que se halla entrando del camino a la derecha, es en sí un cuadro rectangular que ocupa una superficie parcial de 1666 y 2/3 de varas cuadradas equivalentes a 1164,60 metros cuadrados. Este edificio como antigua fortaleza conserva sus murallas de cerca con el Torreón o castillo en su interior en el que se encuentra además una plataforma o paseo con sus corrapises en rededor; delante de su puerta principal de entrada, que ingresa en un pequeño patio de recibidor con la portería a la derecha de sala y alcoba y a la izquierda un salón de descanso con destino a casino, un pasillo que conduce al patio mayor donde hay a su derecha un partido de habitaciones que contiene 4 separaciones, cada una de las cuales tiene una salita, dos alcobas, cocina, despensa, común y patinillo, y también hay una cocina general con despensa y una puerta que da entrada a un gran Palomar; al frente se encuentra una sala con dos alcobas y un pajar sobre ellas y sobre una carbonera contigua, un cuarto y cocinita;  a la izquierda hay un partido que contiene su portón de entrada a un ingreso con común, patio, sala con dos alcobas, comedor, cocina y despensita, sobre el cual hay otro partido alto llamado departamento del señor Marqués al que se sube por una escalera que tiene el otro pabellón que consta de corredor interior de paso, una sala con alcoba, otra con dos alcobas, común, corredor, cocina, despensa, un cuarto y varios guarda-ropas; el castillo que para su entrada tiene por delante una doble escalinata que desembarca en una meseta que ingresa por su puerta a un salón cuadrado y abovedado que hoy está subdividido en sala y dos alcobas, con su escalerilla oculta entre-muro que da subida a otro salón como el anterior en segundo piso, continuando la escalera del mismo modo hasta la azotea que lo cubre, coronada de pretiles y almenas; dos cocinitas a uno y oto lado del pie del castillo, cinco cuartos y la habitación del administrador con sala, alcoba, patinillo y común, un pasillo a tres comunes y un callejón, llamado del Viento por entre estos y el castillo por el cual se comunica al otro Pabellón.

Patio del Castillo, antiguo de Armas
          El segundo Pabellón que sigue y se comunica con el anterior es el que se nombra del Patio de la Iglesia, cuya forma rectangular ocupa una superficie parcial de 1437 varas cuadradas, equivalentes a 1073,96 metros cuadrados, distribuidos en dos corredores sobre pilares, un patio grande empedrado que a su izquierda sobre el lado de la fachada tiene cuatro partidos independientes con comedor, cocina, despensita, sala y dos alcobas, a su frente otro partido como los anteriores, y otro que tiene un  cuarto mas un patinillo y un común, el paso que comunica con el otro Pabellón con su puerta verja, en donde hay un cuarto con alcoba y una cocinita; a su derecha la capilla u oratorio con sacristía, retablo y campanario, un corral por detrás y un portal por delante y un pasillo con puerta falsa de salida al campo.  
Espadaña del Patio de la Iglesia
Patio de la Iglesia
          El tercer Pabellón que sigue y se comunica con el precedente se nombra del Patio de las Cocheras, cuya forma rectangular ocupa una superficie parcial de 680 y 1/3 de varas cuadradas, equivalentes a 490,92 metros cuadrados, que consta de su gran puerta de entrada por la fachada con un cuarto a la derecha, otro a la izquierda con alcoba, en la que hay una escalera que sube a una azotea que está sobre esta crujía, un patio grande que a su frente tiene una cuadra con pesebrera, una cochera de dos naves con una escalera que sube a un pajar y azotea que hay sobre ellas. 
Patio de las Cocheras
          El cuarto Pabellón que sigue y se comunica con el anterior, se nombre del Patio de la Fonda, cuya forma es casi un cuadro rectangular, que ocupa una superficie de 1736 varas cuadradas equivalentes a 1213,01 metros cuadrados, distribuidos en una escalinata de ascenso que viene del patio anterior con quien se comunica, con su puerta verja de hierro, y desembarca en un gran patio-jardín, con su glorieta en el centro, cercado de verjas de madera entre pilares con sus maceteritos por remate y claustrado por cuatro corredores, cuya mitad de sus anchos están descubiertos, sobre columnas huecas de hierro que sirven al mismo tiempo de vertiente a las aguas de los tejados; una crujía en derredor de todo el perímetro, donde se hallan con separación diez y ocho cuartos aunque algunos se pueden comunicar por los portenes de escape con que se hallan., teniendo todos sus alacenas y guardarropa así como en tres de sus ángulos tienen la habitación doble y en el otro se encuentra la cocina principal o general, con fogones, fregaderos, despensa y un cuarto, habiendo también un gran salón destinado a fonda o comedor, con dos chineros de rinconera y varias alacenas, y en el otro lado dos departamentos de escusados con separación, uno para señoras y otro para caballeros con cuatro asientos cada uno separados entre sí. Hay además en este pabellón dos cuartos sótanos como despensas, guardaloza, que por la diferencia que resulta de altura en el patio por el desnivel del terreno están debajo del de la fonda y tienen su  uso y entrada por el patio de las cocheras. Y por último hay también en este pabellón una gran cuadra que por las mismas razones y circunstancias que los dos cuartos sótanos están debajo de todo a un lado del patio de la fonda y tienes su uso y entrada por el antedicho de las cocheras.
Patio de la Fonda
Detalle puerta gótica de la habitacion 19

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