viernes, 23 de noviembre de 2012

La Hospedería del Balneario de Gigonza (y II)

Artículo original publicado en Revista "El Alcaucil" nº 35 (Octubre de 2002)

En esta segunda parte continuamos describiendo las instalaciones que ofrecía  la Dehesa de Gigonza, convertida en una gran hospedería, a los numerosos visitantes que durante la temporada de baños acudían a tomar las acreditadas y salutíferas aguas minerales de su balneario en el siglo XIX.

 
        Otro departamento conocido por el nombre de Hospital de Mujeres y Casilla del Ordinario señalado con el número 1217 que se halla un poco separado de la anterior hacia su frente y en dirección de su línea de costado que mira al Nordeste y linda por todos vientos con las mismas tierras de Gigonza, ocupa todo una superficie de 134 varas cuadradas equivalentes a 93.73 m2, distribuidos en un cuarto y alcoba para el ordinario, la habitación separada para las mujeres con   un fogaril y un cuarto con un horno de cocer par, todo atendiendo a que es de nueva construcción ascienda su valor a la cantidad de1698 escudos 500 milésimas.
Inscripción conmemorativa en la capilla del Castillo

        Casilla de los Baños Dulces señalada con el número 1218 de gobierno que se halla en el sitio de la alamedita junto a la Fuentecita que mira al Noroeste y linda por todos vientos con las mismas tierras de Gigonza, ocupa una superficie  de 52 y ½  varas cuadradas equivalentes a 36.68 m2 distribuidos en dos cuartos con sus baños de azulejos embutidos en el suelo y otro cuarto donde está el fogón con su caldera para calentar agua, todo lo cual atendiendo a ser de nueva construcción ascienda su valor a la cantidad de 660 escudos.
 
        Casa de los Baños Minerales que se halla un poco separado del nacimiento del agua de este nombre señalado con el numero 1214 de gobierno que tiene su frente al Levante y linda por todos vientos con las mismas tierras de Gigonza, ocupa una superficie de 351 varas cuadradas equivalentes a 245.19 m2 distribuidos en un salón de descanso, ocho cuartos con sus baños de azulejos en el suelo con sus correspondientes surtidores que reciben el agua mineral de las cañerías que parten de un depósito que está delante de su fachada embutido en el suelo y cubierto con bóveda, un paso a otro cuarto donde hay un fogón con su caldera  para calentar agua y un corral con su puerta falsa de salida al campo todo lo cual atendiendo a ser de nueva construcción ascienda su valor a la cantidad de 4500 escudos.
Casa de Baños

        Hospital de Hombres, que antes era Casa de Baños Minerales sustituida hoy con la anterior, señalado con el numero 1215 de gobierno que se halla frente de la otra un poco separado y sobre el sitio donde nace el manantial o nacimiento del agua mineral, tiene su frente al Sur linda por todos vientos con las mismas tierras  de Gigonza, y ocupa una superficie de 92 varas cuadradas equivalente a 64.28 m2 que consta de una sala con alcoba y un cuarto, hay además por detrás de la anterior casa de Baños y algo separada de ella, un pequeño local al descubierto con un pilon en el centro que llaman Baños de los Pobres, que ocupa una superficie de 19 vara cuadradas, osen 13.28 m2 que unido con el anterior y atendiendo a ser de nueva construcción ascienda su valor a la cantidad de 1050 escudos. 

        Casa del Cortijo de Gigonza, señalada con el numero 1219 de gobierno que tiene su frente a Sudeste, linda por todos vientos con las mismas tierras de Gigonza y ocupa una superficie de 1074 varas cuadradas equivalentes a 750.05 m2 en cuyo caserío hay una habitación común, un cuartito y una cocinilla frente a la entrada, que es perteneciente al colono ocupando de la superficie total 130 vara cuadradas o sean 90.84 m2 y lo demás al dicho al señor Marqués perteneciente la de 994 varas cuadradas o sean 659.610 m2 distribuidos en zaguán, ingreso con una cuarto a su izquierda y un granero a su derecha, patio, una cuadra con pesebrera a la derecha entrando y un callejoncito contiguo  a su extremo a la izquierda el amasijo con el horno de cocer pan, una despensa local de la atahona, al carnicería o cuarto de la  carpintería, un corralillo y gallinero, todo lo cual y atendiendo a que el caserío es de nueva construcción en su mayor parte  asciende su valor a la cantidad de 3000 escudos, importando por consiguiente hechas por el Sr. Marqués la suma total de 44850 escudos.
       
         Vemos pues las numerosas instalaciones con que contaba el Balneario, situado en un precioso paraje con abundante arboleda, vegetación, manantiales  y una atmósfera limpia, lo que junto a las excelencias salutíferas de sus aguas atraía a numerosas enfermos, adquiriendo por ello fama a nivel nacional.                               
Los enfermos solían venir, si eran pudientes, con sus familiares, alquilando los conocidos “partiditos” o  las habitaciones de la fonda, la gente más acomodada. Por el contrario los pobres en un principio se alojaron en chozas inmediatas al caserío  construidas por ellos mismos, incluso algunos dormían  bajo los árboles;  posteriormente el Marqués  les construyó los llamados  hospitales para pobres, uno para hombres y otro para mujeres.                                           

Los partidos  solían tener su propia cocina donde los bañistas preparaban sus comidas o, podían disfrutar de los platos que ofrecía el comedor o restaurante situado en el Patio de la Fonda, con capacidad para 80 cubiertos. El Marqués del Castillo incluso  facilitaba a los bañistas la vajilla con un grabado distintivo propio del Balneario, además de otros utensilios.  
Vajilla "Baños de Gigonza"
        Durante la temporada de baños el ordinario, encargado de cuidar todas las instalaciones, establecía, una tienda de comestibles, bebidas y otros artículos, destinada a la clase pudiente, que él mismo con su propio carro suministraba desde Jerez un día si y otro no.   Los bañistas menos acomodados y a precios más equitativos, podían surtirse de fruta, leche, legumbres, etc. en el mercado público que se instalaba en las puertas del castillo, y que diariamente se  abastecía desde Paterna.  

El agua potable también llegaba a las dependencias más importantes de la hospedería conducida por tuberías desde el gran depósito de agua que aún hoy se conserva en el patio de armas del castillo, instalado sobre el muro de la cerca, frente a la entrada principal, junto a la palomera.  
Depósito agua potable
    Todo el establecimiento estaba bajo la gestión de D. José Infante, Administrador del Marqués en el Castillo, que además era el capellán de la capilla donde, diariamente, a las 9 de la mañana, celebraba misa y por las noches se rezaba el rosario. José Infante también se encargaba de  las reservas de habitaciones en la calle Evora de Jerez.  

Exvotos en la capilla del Castillo
El Balneario de Gigonza estaba bajo la advocación de la Virgen del Carmen y en su festividad, el 16 de Julio, se organizaban numerosas actividades para disfrute de los bañistas como funciones religiosas, corridas de toros, conciertos de piano, cante flamenco, etc.  

Las curas balnearios estaban confiadas al Médico-Director, encargado de la prescripción de las aguas a los enfermos, labor que también realizaba en el Balneario Fuente Santa de Paterna, hasta que se separaron ambas Direcciones. Algunos de los Médicos que estuvieron en Gigonza y Paterna,  tuvieron gran prestigio en la hidrología médica a nivel nacional.  

Los enfermos pudientes tomaban sus aguas sulfurosas en la Casa de los Baños Minerales que contaba con sus correspondientes pilas de azulejos y otros útiles y servicios como agua caliente, bancos, mesas, ect.;  por el contrario los pobres para sus baños solo disponían de una alberca, a lo más cubierta de ramas para evitar el intenso sol,  que se surtía del agua sobrante de los  baños tomados  por los enfermos de pago. También los pudientes podían disfrutar de baños de agua dulce en otro balneario situado al Noroeste. 

Para entretenimiento los bañistas podían disfrutar de los paseos por los bellos y frondosos parajes que circundaban las instalaciones, la caza, tanto menor como mayor, pues entonces había jabalís y venados en los alrededores; de vez en cuando se celebraban corridas de toros en el Patio de las Cocheras, preparado con vallas y burladeros, apostándose los bañistas en las azoteas que rodeaban al patio. Por las noches los aguistas se reunían en el Casino, un amplio salón destinado para el disfrute de bailes, conciertos, juegos de tresillo,  con mesa de villar, mesas de juego, piano, etc. 
Carretera que conducía hasta el Balneario

La seguridad de los bañistas, dada la gran concurrencia de personas a Gigonza, estaba asegurada por la presencia de la Guardia Civil en el establecimiento, pues durante la temporada de baños, contaba con dos cuartos para su alojamiento junto a la entrada principal de la Fonda.  

La mayoría de los enfermos que acudían al Balneario de Gigonza solían proceder de la provincia de Cádiz, sobre todo de Jerez, en cuyo término se ubicaba el Balneario, aunque también solían venir algunos bañistas de otros lugares de Andalucía, principalmente de Sevilla, al reclamo de las milagrosas curaciones que sus aguas obraban en determinadas enfermedades.  

Gran handicap para el auge y prosperidad, tanto para este balneario de Gigonza como para el de Paterna   fueron las malas comunicaciones con las principales ciudades: Jerez, San Fernando, Cádiz, El Puerto, mejor conectadas y más cerca de Chiclana donde se ubicaba el Balneario de Fuente Amarga, que les hacía competencia.  Fue este uno de los motivos de la decadencia y cierre de estos dos balnearios, a pesar de las excelencias terapéuticas de sus aguas.

FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA

Carretero Muriel, M.: “Anuario Oficial de la Aguas Minerales de España”. Madrid. 1890

García López. Anastasio: “Aguas Minerales. Tratado de Hidrología Médica”. Madrid. 1889.

 Mejías, Francisco de Paula: "Noticia de los dos establecimientos de baños minero-medicinales de Paterna y Gigonza”. 1844.

 Partición de Bienes entre el Marqués del Castillo y su sucesor, D. Juan Manuel Ponce de León y Gordón. 23 de Diciembre de 1867. Archivo Municipal de Jerez. Secc. Protocolos Notariales.

 Posesión del Vinculo del Marqués del Valle de Sidueña por D. Francisco Ponce de León el 27 de Octubre de 1834. Archivo Municipal de Jerez. Secc. Protocolos Notariales Leg. 1012.

Rubio, Pedro Mª.: “Tratado Completo de las Fuentes Minerales de España”. Madrid. 1855.

Inscripción Dehesa de Gigonza”. Registro de la Propiedad de Jerez de la Frontera.

Retablo del Jerez Antiguo. “Castillo de Gigonza. Las Casas de Baño en la segunda mitad del siglo
XIX.” Diario de Jerez, Domingo, 2 de Julio de 1989.

 

viernes, 16 de noviembre de 2012

La Hospedería del Balneario de Gigonza (I)


Artículo original publicado en la Revista El Alcaucil nº 34 (Marzo de 2002)

 Sabido es de todos que en el siglo XIX en la dehesa de Gigonza se estableció  un Balneario que adquirió fama a nivel nacional por las excelentes propiedades curativas de sus aguas minero-medicinales. El establecimiento de dicho Balneario llevaría a la construcción de una gran Hospedería  junto al Castillo para alojar a los bañistas que cada temporada acudían a beneficiarse de tan acreditadas aguas, además de otras instalaciones que hicieran más cómoda y placentera la estancia  de los bañistas.

 
         Gigonza, a lo largo de su historia, ha tenido muchísimos propietarios, aunque desde el siglo XVI hasta mediados del XIX permaneció como un vínculo o mayorazgo fundado por D. Gonzalo Pérez de Gallegos a favor de su hijo Juan y descendientes “con su fortaleza y dehesa y cuatro molinos de moler pan ,molientes y corrientes, huertas y fuentes y pilares y colmenas y prados y pastos, aguas manantes, estantes y corrientes”. La figura del mayorazgo permitía que los bienes quedasen sujetos a la propiedad patrimonial de la familia, que se heredasen de generación en generación sin que ningún sucesor los pudiesen dividir, vender o enajenar, garantizándose así la integridad de los mismos y su permanencia en la familia.
 
         La Dehesa de Gigonza en la época de fundación del vínculo contaba con unas 800 ½ aranzadas, a las que posteriormente se les agregaron 100 más. Hasta principios del XIX fue eminentemente una explotación agrícola-ganadera, con abundante leña, pastos y agua para la cría del ganado, pero sobre todo y fundamentalmente dedicada al cultivo de cereal, contando incluso con cuatro molinos harineros movidos por la fuerza motriz del agua de sus copiosos manantiales, de los cuales, a finales del siglo XIX, aun seguían funcionando dos. También durante el siglo XVI en Gigonza estuvieron en explotación unas salinas que abastecían de sal a la ciudad de Jerez, gracias a sus manantiales de agua salada.    
         A principios del siglo XIX la Dehesa de Gigonza es propiedad de los Marqueses del Castillo del Valle de Sidueña, herederos del vinculo fundado sobre ella por D. Gonzalo Pérez de Gallegos en 1538.  Aproximadamente, desde 1770, se venía explotando, aunque no de manera oficial, un manantial de aguas minero-medicinales situado a unos 500 metros al O. del Castillo. Con el paso de los años la afluencia de enfermos aumentaba cada temporada aunque no había instalaciones para alojar a los concurrentes, solo existía el castillo. Es así que D. Luis Ponce de León y Torres, titular del marquesado, en testamento  realizado en 1817 refiere:
 
“... con motivo de desear muchos el baño del nacimiento en la Dehesa de Gigonza, y no haber hospedería en que albergarse, he construido diferentes piezas en ella, en que me parece haber gastado de veinte y ocho a treinta mil r.v. ...” 
 
 
         Don Luis Ponce de León y Torres fallece el 22 de Agosto de 1834 y le sucede en el vínculo su hijo primogénito  D. Francisco Ponce de León y Fernández de Villavicencio que tomará posesión de él el 30 de Octubre de dicho año. Éste será el constructor de todo el caserío que se encuentra anexado al castillo y que aún hoy se conserva, aunque con muchas modificaciones.
         El nuevo propietario de Gigonza encontró que el caserío (el antiguo castillo y los partidos construidos por su padre) sufrían gran deterioro y que era insuficiente para albergar a las cada vez más numerosas familias que acudían a disfrutar del poder salutífero de sus aguas sulfurosas. Sin dejar de reparar el caserío, en 1838 comenzó a construir otro nuevo edificio junto a la primitiva fortaleza y así en 1849 las mejoras y construcciones hechas hasta la fecha eran, según aprecio del Maestro Mayor de Obras de la Academia de San Fernando, D. Francisco de Paula Soto:
 
Mejoras en el patio antiguo: Tres cuartos  a la izquierda en el patio antiguo, otros tres en el tránsito del patio nuevo, un pasadizo con un cuarto dividido en tres comunes, dos cocinas en el patio, una a cada lado de la escalera de la torre, la puerta, divisiones, solado y techo que sirve de piso al pajar en la sala que fue cuadra en la línea del frente al portal de entrada, un común nuevo en el corralito, una ventana con reja, puerta de madera y de cristales que toma luz del patio nuevo en una de las habitaciones del corral y los tabiques de división del salón de la torre Tiene de valor la mejora expresada 11.917 r.v. 
Caserío nuevo: Se compone el caserío nuevo de tres ángulos de corredores, patio corral, capilla, campanario, y campana, siete habitaciones, cada una con antesala, cocina con fogón, fregadero y alacena, sala con dos alcobas y guardarropa, hay además en dos de ellas un cuartito  en cada una a su entrada. Al dorso de la capilla se halla la sacristía. El valor de esta parte del edificio es de 96.205 r.v.
 
La cuadra nueva arrimada a la muralla en la línea del Este tiene de valor 9.734 r.v.
 
          En 1844 Francisco de Paula Mejías en su memoria sobre los balnearios de Paterna y Gigonza refiere que existían 18 apartamentos para hospedar a los bañistas que se clasificaban  en tres categorías por los que se pagaba 20, 11 o 6 reales de vellón según las instalaciones y comodidades que tuviesen. Por otro lado los pobres se alojaban en chozas que ellos mismos construían inmediatas al caserío.
         El Marqués del Castillo continuó ampliando el caserío y haciendo reformas en el antiguo, obras que también afectaron a otras instalaciones de la Dehesa como casas de baños minerales y dulces,  hospitales de hombres y mujeres, casa del ordinario, casa del cortijo, etc.
Pabellones de la Hospedería de Gigonza, construidos al Norte del Castillo
         En 1867, con el fin de proceder a la división de varios vínculos entre el Marqués y su sucesor, D. Juan Manuel Ponce de León y Gordón, el Maestro Mayor de Obras de la Academia de Nobles Artes de San Fernando, D. Agustín Garcia Ruiz, hizo aprecio de todo el caserío y obras realizada por el primero.  A continuación reproducimos la descripción del mismo: 
1º. Un grupo de 4 pabellones con su frente al sudeste, lindando por todos los lados con las mismas tierras de Gigonza señalado con el nº 1216 de gobierno que ocupan una superficie  de 5520 varas cuadradas equivalentes a 3942,49 metros cuadrados distribuidos del siguiente modo:    
 
           El pabellón primitivo nombrado Patio del Castillo, que es el primero que se halla entrando del camino a la derecha, es en sí un cuadro rectangular que ocupa una superficie parcial de 1666 y 2/3 de varas cuadradas equivalentes a 1164,60 metros cuadrados. Este edificio como antigua fortaleza conserva sus murallas de cerca con el Torreón o castillo en su interior en el que se encuentra además una plataforma o paseo con sus corrapises en rededor; delante de su puerta principal de entrada, que ingresa en un pequeño patio de recibidor con la portería a la derecha de sala y alcoba y a la izquierda un salón de descanso con destino a casino, un pasillo que conduce al patio mayor donde hay a su derecha un partido de habitaciones que contiene 4 separaciones, cada una de las cuales tiene una salita, dos alcobas, cocina, despensa, común y patinillo, y también hay una cocina general con despensa y una puerta que da entrada a un gran Palomar; al frente se encuentra una sala con dos alcobas y un pajar sobre ellas y sobre una carbonera contigua, un cuarto y cocinita;  a la izquierda hay un partido que contiene su portón de entrada a un ingreso con común, patio, sala con dos alcobas, comedor, cocina y despensita, sobre el cual hay otro partido alto llamado departamento del señor Marqués al que se sube por una escalera que tiene el otro pabellón que consta de corredor interior de paso, una sala con alcoba, otra con dos alcobas, común, corredor, cocina, despensa, un cuarto y varios guarda-ropas; el castillo que para su entrada tiene por delante una doble escalinata que desembarca en una meseta que ingresa por su puerta a un salón cuadrado y abovedado que hoy está subdividido en sala y dos alcobas, con su escalerilla oculta entre-muro que da subida a otro salón como el anterior en segundo piso, continuando la escalera del mismo modo hasta la azotea que lo cubre, coronada de pretiles y almenas; dos cocinitas a uno y oto lado del pie del castillo, cinco cuartos y la habitación del administrador con sala, alcoba, patinillo y común, un pasillo a tres comunes y un callejón, llamado del Viento por entre estos y el castillo por el cual se comunica al otro Pabellón.

Patio del Castillo, antiguo de Armas
          El segundo Pabellón que sigue y se comunica con el anterior es el que se nombra del Patio de la Iglesia, cuya forma rectangular ocupa una superficie parcial de 1437 varas cuadradas, equivalentes a 1073,96 metros cuadrados, distribuidos en dos corredores sobre pilares, un patio grande empedrado que a su izquierda sobre el lado de la fachada tiene cuatro partidos independientes con comedor, cocina, despensita, sala y dos alcobas, a su frente otro partido como los anteriores, y otro que tiene un  cuarto mas un patinillo y un común, el paso que comunica con el otro Pabellón con su puerta verja, en donde hay un cuarto con alcoba y una cocinita; a su derecha la capilla u oratorio con sacristía, retablo y campanario, un corral por detrás y un portal por delante y un pasillo con puerta falsa de salida al campo.  
Espadaña del Patio de la Iglesia
Patio de la Iglesia
          El tercer Pabellón que sigue y se comunica con el precedente se nombra del Patio de las Cocheras, cuya forma rectangular ocupa una superficie parcial de 680 y 1/3 de varas cuadradas, equivalentes a 490,92 metros cuadrados, que consta de su gran puerta de entrada por la fachada con un cuarto a la derecha, otro a la izquierda con alcoba, en la que hay una escalera que sube a una azotea que está sobre esta crujía, un patio grande que a su frente tiene una cuadra con pesebrera, una cochera de dos naves con una escalera que sube a un pajar y azotea que hay sobre ellas. 
Patio de las Cocheras
          El cuarto Pabellón que sigue y se comunica con el anterior, se nombre del Patio de la Fonda, cuya forma es casi un cuadro rectangular, que ocupa una superficie de 1736 varas cuadradas equivalentes a 1213,01 metros cuadrados, distribuidos en una escalinata de ascenso que viene del patio anterior con quien se comunica, con su puerta verja de hierro, y desembarca en un gran patio-jardín, con su glorieta en el centro, cercado de verjas de madera entre pilares con sus maceteritos por remate y claustrado por cuatro corredores, cuya mitad de sus anchos están descubiertos, sobre columnas huecas de hierro que sirven al mismo tiempo de vertiente a las aguas de los tejados; una crujía en derredor de todo el perímetro, donde se hallan con separación diez y ocho cuartos aunque algunos se pueden comunicar por los portenes de escape con que se hallan., teniendo todos sus alacenas y guardarropa así como en tres de sus ángulos tienen la habitación doble y en el otro se encuentra la cocina principal o general, con fogones, fregaderos, despensa y un cuarto, habiendo también un gran salón destinado a fonda o comedor, con dos chineros de rinconera y varias alacenas, y en el otro lado dos departamentos de escusados con separación, uno para señoras y otro para caballeros con cuatro asientos cada uno separados entre sí. Hay además en este pabellón dos cuartos sótanos como despensas, guardaloza, que por la diferencia que resulta de altura en el patio por el desnivel del terreno están debajo del de la fonda y tienen su  uso y entrada por el patio de las cocheras. Y por último hay también en este pabellón una gran cuadra que por las mismas razones y circunstancias que los dos cuartos sótanos están debajo de todo a un lado del patio de la fonda y tienes su uso y entrada por el antedicho de las cocheras.
Patio de la Fonda
Detalle puerta gótica de la habitacion 19

jueves, 1 de noviembre de 2012

Los efectos del terremoto de Lisboa de 1755 en Paterna de Rivera

      Hoy, Día de Todos los Santos, se cumplen 257 años del terremoto de Lisboa. El 1 de Noviembre de 1755, a las 9:40 horas Portugal sufrió un devastador terremoto (se estimó una magnitud entre 8 y 9 en la escala Richter) que destruyó la ciudad de Lisboa. Los temblores de tierra duraron en total unos 6-7 minutos aunque con dos intervalos de calma de menos de 1 minuto. A esa hora de la mañana muchos lisboetas estaban en las iglesias. Tras las fuertes sacudidas y temblores numerosas casas, edificios públicos y templos religiosos se desplomaron sepultando a muchísima gente. Las velas y cirios de las iglesias, capillas y oratorios privados provocarían un incendio que devastaría Lisboa durante 5 días. Al seísmo le sucedieron una larga serie de réplicas entre los años 1755 y 1756.

        El terremoto, cuyo epicentro tuvo lugar en el océano Atlántico, a menos de 300 Km. del cabo de San Vicente, se percibió en toda la península ibérica y parte de Europa Occidental y fue seguido de un maremoto o tsunami, que destruyó numerosas poblaciones del Algarve y afectó gravemente a las costas de Marruecos y Andalucía Occidental. Aunque existen contradicciones entre las distintas fuentes con respecto al número de víctimas, se calcula que el seísmo y posterior maremoto  produjeron en Portugal unos 12.000 muertos y en España unas 1.275, aunque posiblemente el número fuese mayor. El llamado terremoto de Lisboa ha sido considerado como el más destructivo que ha azotado a la Península hasta la fecha.
Grabado representando el maremoto e incendio de Lisboa
         El rey Fernando VI (1746-1759), que se hallaba dicho día en San Lorenzo del Escorial, percibió con pavor los temblores durante varios minutos y regresó inmediatamente a Madrid. El día 8 de noviembre el monarca ordenaría al Gobernador del Supremo Consejo de Castilla, el Obispo de Cartagena, solicitar a numerosos pueblos del reino información sobre los efectos y el alcance de los daños sufridos a causa del terremoto.
 
“Queriendo el Rey saber con alguna puntualidad los daños y efectos que ha causado en los pueblos el temblor de tierra que se experimentó en esta Corte la mañana del día primero del corriente, el cual, según las noticias que se van recibiendo, parece alcanzó también a otras ciudades, villas y lugares del Reino, ha resuelto S. M. se expida por mí la presente Orden a todas las Justicias de las Capitales y pueblos de alguna consideración, tanto de Realengo como de Señorío y Abadengo, para que remitan por mi mano noticia exacta de si en los lugares de su jurisdicción se sintió dicho terremoto, a qué hora, qué tiempo duró, qué movimiento se observaron en los suelos, paredes y edificios, fuentes y río, qué ruinas o perjuicios ha ocasionado en las fábricas y si han resultado algunas muertes o heridas en personas y animales, y cualesquiera otra cosa notable que se considere como procedida o causada del expresado terremoto. 

Y también si antes de él hubiese alguno previsto o reparado señales que lo anunciasen, de las que, igualmente se deberá hacer expresión y del fundamento con que cada uno los conceptuaba de tales.

Y quiere S. M. que todo esto se efectúe sin hacer informaciones, procedimientos judiciales, ni causar costas, sino oyendo los Corregidores y Justicias a las personas más advertidas de sus respectivos pueblos y que más razón puedan dar de lo ocurrido. 

         El cuestionario fue contestado por 1.273  localidades españolas. Los informes y misivas remitidos por los ayuntamientos al obispo de Cartagena se conservan en la sección  de estado del Archivo Histórico Nacional. Dicha documentación fue recopilada por José M. Martínez Solares y publicada en 2001 en su libro  Los Efectos en España del Terremoto de Lisboa (1 de Noviembre de 1755)”, en la que nos hemos basado fundamentalmente para elaborar este artículo.

El terremoto en las costas de Cádiz 

         En Andalucía el sismo tuvo especial impacto en las provincias de Huelva y Cádiz, sobre todo el terrible tsunami posterior que fue el causante de la mayoría de las víctimas (945 en Huelva y 269 en Cádiz).
 

VICTIMAS DEL SEISMO  EN LA PROVINCIA DE CÁDIZ
Localidad
Por el terremoto
Por el  maremoto
Arcos de la Frontera
2 partos prematuros
 
Cádiz
 
200
Chiclana de la Frontera
 
3
Chipiona
 
4
Conil de la Frontera
 
24
Jerez de la Frontera
2
 
Puerto de Santa María
 
5
Rota
 
¿?
San Fernando
 
22
Sanlúcar de Barrameda
1 por pánico
9
Vejer de la Frontera
 
2
Total
5
269
 
         El tsunami apenas produjo daños en los acantilados del Algarve, pero las costas de Huelva y Cádiz, donde abundaban las marismas, fueron muy afectadas. El maremoto llegó a las costas de Huelva a los 15 minutos de sentirse el terremoto y a Cádiz una hora más tarde. Se registraron entre 3 y 5  olas a lo largo del litoral gaditano con alturas que variaron entre 12 y 2 m. que inundaron las zonas bajas de la costa varios cientos de metros tierra adentro destruyendo casas, barracas, barcos, artes de pescas, etc.  Como consecuencia del tsunami en la costa de Huelva se formaría una isla, donde posteriormente sería fundada Isla Cristina.  

         En Sanlúcar comenzó el seísmo a las 9:58, no ocasionando daños en los edificios ni víctimas. El maremoto llegó 1 h. después, inundó las calles de la ciudad baja y destruyó cinco corrales de pesquería. 

         En Chipiona no ocasionó daño en edificios ni templos. A las 11:15 horas el maremoto Inundó la playa y las calles, destruyo 7 corrales de pesquería y causó 4 muertos.  

         En Rota el tsunami rompió el muelle y entró el agua en algunas calles.

         En El Puerto de Santa María las sacudidas ocasionaron daños en casas y templos. El maremoto llegó 65 minutos después; inundó casas y almacenes en la ribera del Guadalete, produjo desperfectos en el muelle, arrastró embarcaciones al interior y causó 5 muertos.

         En Cádiz el terremoto comenzó a las 10:17 (TU) produciendo grietas en muchas casas y algunas iglesias. Una hora después llegó una primera gran ola (se contabilizaron hasta 5)  desde el Oeste derribando la muralla de la Caleta e inundando el Barrio de la Viña. El embate de las aguas continuó desde el lado de la bahía inundando la ciudad, arruinando muchas casas en el frente de Puerta Tierra y destruyendo el arrecife que comunicaba  la capital con la Isla de León al unirse los dos mares de las playas de Santa María y Puntales. Causaría más de 200 víctimas. 

         En Puerto Real no hubo grandes daños ni víctimas, con el maremoto las aguas se introdujeron con suavidad en las calles de la ciudad.  

         En San Fernando el terremoto se sintió a las 10:10. La violencia del mar arrasó y destrozó la Casa Estanquillo, el ventorrillo, una garita y el Cuartel junto al arrecife hacia Cádiz, causando 22 víctimas. 

         En Chiclana el temblor no causó graves daños en los edificios ni víctimas. A los 45 minutos varias olas reventaron la barra del  Sancti Petri, anegando toda la zona, destruyendo casas, barracas y embarcaciones. Perecieron ahogadas 3 personas. 

         Muy afectada por el maremoto fue la costa de Conil de la Frontera. Se ha calculado que la altura aproximada de la ola del tsunami llegaría a 8,5 m. Produjo 24 muertes y la pérdida de mucho ganado. Destruyó la Chanca del Duque de Medina Sidonia y numerosas casas, barcos, pertrechos de pesca, etc. También fue  devastada Conilete, una aldea junto a la torre de Castilnovo, al sur de Conil. Muchas casas de la Playa de El Palmar se construyeron con los restos de esta población.

Los efectos del terremoto en Paterna de Rivera

         El día de Todos los Santos era una festividad  religiosa  muy arraigada popularmente en España. En Paterna, el 1 de Noviembre de 1755, cuando la tierra comenzó a temblar muchos vecinos  se encontraban en la iglesia celebrando misa. Según la documentación  eran las 9:52-9:53 de la mañana (si la hora fue medida correctamente), referida a hora local civil, que corregida a TU (Tiempo Universal o Tiempo Civil en Greenwich) eran las 10:17-10:18 horas actuales. En el siglo XVIII la hora se obtenía por medio de la posición del sol o por relojes mecánicos.   

         El 29 de Noviembre de 1755 Juan Hidalgo y Lorenzo Calero, suponemos los alcaldes ordinarios de Paterna, envían la siguiente misiva al Gobernador de Cádiz  informando sobre los efectos del terremoto en nuestro pueblo:  

Excelentísimo Señor Gobernador de Cádiz:

Señor: 

Obedeciendo rendido el superior Orden que V. E. se sirve comunicarnos en su estimadísima carta de 17 del que termina, que llegó a nuestras manos el día de ayer, y deseando con la mayor puntualidad y verdad hacer expresión de cuanto se nos preceptúa como a Justicias de esta villa, hemos procurado adquirir las más ciertas y serias noticias de las personas más advertidas de ella, y encontramos que ninguna advirtió ni previó el terremoto, hasta que como a las 10 (de siete a ocho minutos menos) del día primero del expresado, se sintió en todas las casas y chozas de esta villa, sin que en alguna se experimentase el más mínimo agravio aún en aquellas que amenazaban ruina , habiendo sido con alguna más fuerza y violencia en la Iglesia mayor parroquial, por cuya razón quedó desierta de la gente, que había concurrido a la misa del pueblo en el corto discurso de su duración, que serían como ocho minutos, entrando a oir el Santo Sacrificio sin que se advirtiese entonces ni después daño notable, quedando en su ser mismo una raja o abertura que há algunos años padece el arco toral de la Capilla mayor. 

Se afirma por una persona de verdad haber oído a unos forasteros que en el tiempo de dicho terremoto vieron verterse el agua de la fuente que surte el vecindario. Y gracias a Dios y a la intercesión poderosísima del devoto y tierno simulacro de María Santísima Nuestra Señora en su Soledad, que como especial reliquia se venera en dicho templo, no ha padecido ninguna especie de animal detrimento alguno, y sólo los racionales a la sazón sintieron generalmente una especie de flato o vagido [sic; por vahido] que depusieron incontinenti. 

Y de común acuerdo de todos, en hacimiento de gracias, se celebró a dicha Señora un novenario de misas cantadas, con una procesión de penitencia a que todos concurrimos con fervorosa y ejemplar devoción, con que nos preparó en su plática el Padre Vicario de esta villa, que la precedió. 

Que es cuanto podemos informar a V. E., a cuyo arbitrio nos disponemos con el mejor afecto y voluntad, pidiendo a la Divina dilate a V. E. en su santa gracia y con perfecta salud como puede y hemos menester. 

Paterna de Rivera, noviembre 29 de 1755. 

         Según el informe el terremoto comenzó a las 9:52-9:53 horas (misma hora que en Cádiz), y duró unos 8 minutos. Se sintió en todas las casas y chozas del pueblo, no produciéndose daños en las mismas, ni siquiera en las que amenazaban ruina. Donde con más fuerza y violencia se apreciaron las sacudidas fue en la iglesia por lo quedó desierta al huir los feligreses. Unos forasteros vieron como se derramaba el agua de la fuente que surtía la población, la Fuente de la Negra.  


El terremo sorprendíó a muchos paterneros en el interior de la Iglesia Ntra. Sra. de la Inhiesta
El terremo sorprendíó a muchos paterneros en el interior de la Iglesia Ntra. Sra. de la Inhiesta
         La iglesia no sufrió ningún daño persistiendo la misma grieta que presentaba el arco toral de la nave central desde hacía años. Sabemos que la capilla mayor fue objeto de reparaciones en las primeras décadas del siglo XVIII, dado los graves daños estructurales que dicha parte de la iglesia presentaba. Así el 13 de Febrero de 1718 el Obispo de Cádiz D. Lorenzo Armengual de la Mota hizo una visita pastoral a Paterna ordenando al mayordomo de fábrica entre otras cosa que “reparase la iglesia por la parte de la capilla mayor que es por donde amenaza ruina”. Cinco años más tarde los reparos en la capilla mayor no se habían realizado por lo que de nuevo el obispo mandó llevarlos a cabo, aunque lo que se hizo fue “tapar la raxa de la parte interior con un poco de lleso  que se gastaria un dia de trabajo y por la parte de la calle se quedo la raxa como estaba de antes”. (ARCHIVO DIÓCESIS DE CÁDIZ. LEGAJO 480). En1730 la iglesia necesitó de nuevas reparaciones: la techumbre, que amenazaba ruina dado el mal estado del enmaderado, el pórtico y el coro (ARCHIVO DUCAL DE MEDINACELI. LEGAJO 79-11).  Hay que tener en cuenta que la iglesia  entonces no contaba con la actual torre del campañario, que fue construida en 1879 y que un siglo después sufriría graves daños a consecuencias de un rayo.
 
Virgen Ntra. Sra. de la Soledad
         No hubo víctimas ni bajas en el ganado  a causa del terremoto, hecho que se atribuyó  a la intercesión de la Virgen de la Soledad, imagen de gran devoción entre  los parteneros desde al menos el siglo XVII y hoy patrona de Paterna. Por tal motivo se celebró en acción de gracias una novena de misas cantadas con procesión de penitencia a la que dicen acudieron todos con fervorosa y ejemplar devoción. 


         Como curiosidad se  refiere en el informe que a causa del temblor  muchas personas experimentaron una especie de flato o vahído (mareo), síntomas que también se describen en otros muchos pueblos de España.  


Los efectos del terremoto en los pueblos del entorno  

          El terremoto practicamente no causó daños en Patenra, pero en los pueblos de nuestro entorno sus efectos fueron de alguna o mayor consideración.

Alcala de los Gazules: Comenzó el terremoto a las 9:45  de la mañana y duró de nueve a diez minutos. Se experimentó en muchos alcalaínos una indisposición de estómago. Los edificios no sufrieron graves perjuicios, a excepción del convento de Religiosos Mínimos. En otros como el convento de Santa Clara, la carnicería pública, los almacenes del Pósito, del Duque y de la villa, se produjeron grietas en arcos y paredes. En las personas no hubo muertos ni heridos. Al día siguiente a las 11 de la noche se repitió un nuevo temblor por espacio de 2 minutos. 

Medina-Sidonia. En esta ciudad duró 9 minutos. No hizo daño alguno, a excepción de haber cuarteado la torre de la Iglesia parroquial. Aquí se refugiaron los pobres moradores de Conil que, temiendo un nuevo diluvio, se acogieron a ella, por su encontrada situación.

Arcos de la Frontera. Empezó el terremoto de 9;45 a 10 de la mañana y duró de 9 a 11 minutos. El agua de muchos  aljibes y pozos se salió por la boca. Todas las viviendas y murallas del Castillo del Duque de Arcos quedaron muy maltratadas, algunas por el suelo. Las iglesias y conventos de la ciudad sufrieron graves daños en sus arcos, paredes y bóvedas. En el suelo de la Plaza pública se abrió una profunda grieta que afectó a todos los edificios que daban al tajo dejándolos en ruina. En total se contabilizaron daños en 311 casas de la ciudad -37 en ruinas- y en 8 en el  campo. Produjo 2 muertes por partos prematuros.
Vejer de la Frontera. Se sintió a las 9:40  duró 10 minutos. El terremoto no hizo daño de consideración en el pueblo, ni en la Chanca de Zahara de los Atunes ni en los  Molinos de Santa Lucía. Las aguas del mar subieron por la marisma hacia el pueblo como legua y media, inundando los márgenes del río Barbate.  Murieron ahogadas dos personas y más de 80 reses.
 
BIBLIOGRAFIA
 
* Martínez Solares, J. M.,  Los efectos en España del terremoto de Lisboa (1 de noviembre de 1755). 2001. IGN. Ministerio de Fomento. Madrid.
 
* De Luque, L.: El impacto de eventos catastróficos costeros en el litoral del Golfo de Cádiz. RAMPAS, 10, 2008.

* Rodríguez de la Torre, F.: Documentos en el Archico Histórico Nacional (Madrid) sobre el terremoto del 1 de Noviembre de 1755. Cuadernos dieciochistas, 6, 2005, pp. 79-116. Ediciones Universidad de Salamanca